lunes, 19 de marzo de 2012

Un nuevo enfoque de enseñanza universitaria


Aquí va el segundo de los tres artículos que quería presentar para ilustrar cada uno de los factores de la fórmula de la creatividad. En la entrada anterior hablábamos del cambio, personificado en Sergio Fernández, y listábamos una serie de recursos para seguir por tierra, mar y aire a este interesante personaje. En esta entrada abordaremos el segundo de los factores: la observación. Como recordaréis, defendíamos la importancia de la observación mediante el ejemplo de aquellos artistas que acudían a Italia en el Renacimiento para estudiar a los clásicos, como paso previo a explotar toda su creatividad.

Como muestra que merece la pena estudiar, he seleccionado una iniciativa que me parece especialmente interesante: Coursera. Coursera es un proyecto en el que se han embarcado algunas de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos, y que tiene como objetivo poner a disposición de todo el mundo ciertas asignaturas impartidas por su profesorado, de modo totalmente gratuito, y sin más requisito que una conexión a internet. De momento están involucradas las Universidades de Berkeley, de Stanford y de Michigan, pero suponemos que en breve se irá incrementando el abanico de entidades participantes, dado el éxito que están teniendo.


El formato en el que se presenta cada asignatura varía ligeramente, pero esencialmente es el siguiente:

  • La asignatura se divide en lecciones. A su vez, cada lección se compone de una serie de vídeos en los que algunos de los profesores de dichas universidades explican -con bastante arte, por cierto- los contenidos propios de la lección que les ocupa. Lógicamente lo hacen en inglés, si bien últimamente parece que algunas lecciones ofrecen subtítulos en español.
  • Adicionalmente a estas video-lecciones, se ofrece material de apoyo en forma de lecturas, libros, referencias, etc...
  • Todas las lecciones cuentan con una serie de exámenes, que suelen ser de tipo test.
  • Algunas asignaturas, adicionalmente, detallan una serie de prácticas a modo de "deberes".
  • Por último, existen foros en los que los estudiantes y profesores discuten sobre los temas tratados en los vídeos, o en general sobre cualquier tema relacionado con el curso.

Las lecciones van apareciendo regularmente, con una frecuencia media de unas 2 horas de vídeo cada semana. Por otro lado, para la realización de los exámenes y de las prácticas se dispone de un tiempo límite. El incumplimiento de este tiempo límite no excluye del curso, pero aquellas personas que hayan ido siguiendo el ritmo de pruebas y prácticas propuesto por los profesores obtendrán al final del curso un certificado que, sin sustituir lógicamente a los créditos o títulos que otorgan estas universidades, constatan el seguimiento de un modo más o menos fehaciente.

La iniciativa está dando sus primeros pasos -los primeros cursos arrancaron el pasado mes de Febrero-, pero me ha parecido muy interesante por el esfuerzo que están realizando en difundir el conocimiento de un profesorado del que hasta ahora podían disfrutar un grupo muy restringido de personas. E interesante también desde el punto de vista del propio profesorado, ya que les permite elevar al cubo el alcance de sus enseñanzas, y por tanto su prestigio.

Sin duda, con Coursera y otras iniciativas similares se está marcando una vía a la que se irán enganchando todas las universidades que quieran ser fieles a ese cometido de distribuir el conocimiento y mejorar la educación de la población general.

Mirando de puertas para dentro, hasta donde sé no hay ninguna iniciativa similar entre las universidades españolas. Y es una lástima, porque aunque parezca muy complejo, desde el punto de vista de infraestructura tecnológica el esfuerzo que requiere es bastante escaso: dejando pruebas y ejercicios de lado, para arrancar con un enfoque de mínimos, bastaría con una webcam. En este tiempo de restricciones económicas, toca hacer más con menos, y este ejemplo de Coursera sirve para ver cómo se puede aumentar la actividad de una universidad, y potenciar su llegada, con un coste ínfimo.



Teniendo en cuenta que compartimos idioma con 600 millones de personas, puede ser una oportunidad buenísima para tratar de mejorar el prestigio de las universidades españolas, y su visibilidad internacional. ¿Cuál será la primera universidad española que se lance por esta vía? Y es que, bien pensado, parece un derroche de energía dar una clase a 80 personas cuando se puede hacer que la reciban 600 millones. Está claro que el camino hasta ese punto es largo, y que hay muchos obstáculos que salvar, pero con los medios actuales es prácticamente inmediato lanzar ese enfoque de mínimos compuesto al menos por la retransmisión de las charlas académicas. Y eso no es poco.

Y para terminar voy a comentar un dato que, como español, me parece muy esperanzador: en uno de los cursos (concretamente el de Software as a Service) se analizaba la nacionalidad de los participantes, resultando el siguiente diagrama:


En valores absolutos España está muy bien, en un cuarto lugar. Pero está mucho mejor si tenemos en cuenta la población de cada país. Desde este punto de vista, España lidera la lista de alumnos en ratio asistentes per cápita, ya que si bien EEUU tiene casi un 23% de asistentes, su población es de 300 millones de habitantes, resultando en un ratio menor que el de España, con un 5% de asistentes para sus 45 millones de habitantes. Por no hablar de la limitación del idioma, que hace que los alumnos potenciales sean muchos menos de esos 45 millones.

A priori se me ocurren tres motivos que justifican esa asistencia tan desproporcionada:

- Por un lado, el paro. Podría ser que en España se tenga más tiempo para seguir este tipo de iniciativas. Pero, teniendo en cuenta que el curso está relacionado con la tecnología, un campo en el que el paro es bastante reducido -y lamentablemente el tiempo libre también-, creo que el impacto de este motivo es más bien escaso.
- Un interés en aprender en formarse más acentuado que en el resto de países.
- La inexistencia de mecanismos adecuados en el propio país, que obliga a recurrir a fuentes externas.

Apuesto a que el motivo es una combinación de las dos últimas. Esto debería ser, de nuevo, un acicate para las universidades españolas, y debería servir de motivación extra para atender a un país que con datos como éste demuestra su espíritu dinámico, que le lleva a buscar nuevas vías de formación, dentro y fuera de las fronteras, más allá de las adversas circunstancias en las que se encuentra puntualmente.

Y con esta optimista reflexión termino. En la próxima entrada abordaremos el último factor de la fórmula de la creatividad - la materialización de proyectos- comentando una iniciativa muy interesante, con profundo sabor hispano. ¡Hasta entonces!

¡Mejora!:

  • Como recomendación para aprovechar esta iniciativa, la más sencilla es, obviamente, participar en algunos de los cursos que ofrecen. 
  • Si eres miembro de la comunidad universitaria, puedes tratar de impulsar internamente iniciativas como ésta para el ámbito hispano. Lo más interesante es que todo esto está en pañales, y existen centenares de mejoras que se pueden realizar sobre lo existente. Como botón de muestra, se me ocurre la necesidad de subsanar la limitación que actualmente presentan los cursos a la hora dar un valor real al certificado que se expide, ya que de momento los alumnos son poco más que una dirección de correo electrónico, y la confianza que se pueda tener en que el alumno es quién dice ser. Salvaguardar este problema de la identificación de los alumnos abriría la posibilidad de respaldar la asistencia de manera más formal. La clave podría estar en el uso de certificados electrónicos, tema en el que los españoles contamos con algo de ventaja, al estar incorporado en nuestro DNI electrónico.
  • Con el mecanismo de la distribución vía internet se rebaja mucho el coste necesario para acceder a contenidos de prestigiosas universidades: con una conexión basta. Lamentablemente, sigue siendo un coste demasiado elevado para algunas personas. ¿Por qué no plantear "puntos de distribución", que permitan visualizar los contenidos en un aula, de modo que con una única conexión a internet, mucha gente pueda acceder a formación impartida por las más prestigiosas universidades del mundo? Con esto, podríamos rebajar todavía más el coste que conlleva acceder a estos cursos.
  • Si eres particular, ¿por qué no haces algo similar? Hemos tratados la enseñanza desde el punto de vista académico pero, en el fondo, para abordar la cuestión de la formación, de enseñar algo a los demás, no se precisa de una cátedra. ¿Por qué no pones a disposición de todo el mundo un canal de vídeo en el que nos enseñes tu talento? Te doy unos brochazos de cómo lo podrías plantear de un modo muy sencillo:
    • Crea un canal de YouTube. Tienes infinidad de páginas que explican cómo hacerlo.
    • Graba tus vídeos.
    • Si crees que tus vídeos pueden resultar interesantes, y quieres probar a ver si puedes ganar unas "perrillas" extra, echa un vistazo al sistema de asociación de YouTube
  • Si sigues interesado en este tema de la educación por internet, tienes múltiples plataformas adicionales que conviene analizar. Sin ánimo de que sea una lista completa, aquí te listo algunos sitios adicionales relacionados con la educación vía internet:

4 comentarios:

  1. Muy buena iniciativa la de Coursera. Ojalá copien el modelo en España.

    Como plataforma de eduación a distancia, he probado Webex y me parece genial. Cómodo y fiable. Son 30€ al mes, un precio bastante asequible para cualquier universidad o academia

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  2. Mmmm... Webex por lo que veo es más plan Skype, en el sentido de que es videoconferencia, escritorio compartido, etc ¿no?

    Sería una manera de complementar el foro ¿no? Más que escribir tus consultas en un foro, se organizarían sesiones en la que los profesores responderían a las dudas de los alumnos, pudiéndose generar un debate abierto.

    Es un enfoque interesante, porque separas lo que es la charla más académica (los vídeos, tal y como están en Coursera... sin necesidad de interacción) de la parte de dudas/debate abierto (foros en Coursera, pero tú propones herramientas más avanzadas). Podría ser un modelo interesante.

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  3. La principal ventaja de Webex es la interactividad en tiempo real, es un clase virtual en si misma, no necesariamente con videoconferencia, que siempre es costosa en recursos como el ancho de banda.
    Cada alumno conectado, a parte del chat con los demás participantes, puede coger en un momento dado el control de la sesión, compartir su escritorio y mostrar lo que sea o realizar un ejercio que se haya propuesto el profesor, mientras los demás lo ven, corrigen...

    Si lo combinas con un servidor FTP donde puedes subir las clases grabadas (algo muy útil para repasar) que luego puedes ver en tu casa cuando quieras con un reproductor... es una herramienta muy poderosa

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  4. Para subir vídeos casi mejor el Youtube o Vimeo, que están para eso ¿no?

    El problema es que organizar las clases en torno a un sistema totalmente interactivo como ese puede ser un caos... ¿Te imaginas a los 60.000 alumnos que tiene un curso de Coursera pidiendo el turno de palabra? ¡La clase no avanzaría demasiado! :)

    Por eso me refería a un modelo en el que se divida por un lado la parte más académica (¿versión básica?), con la de explícitamente orientada a hacer debate, que en cualquier caso debería estar limitada a pocos participantes para que fuese provechosa (¿versión premium?).

    Otra opción para no limitar las sesiones de debate sería tratar de conseguir más moderadores. Como profesor hay uno, y alumnos 60.000, una opción sería tratar de buscar voluntarios entre aquellos alumnos que hubiesen recibido el curso anteriormente y hubiesen destacado por su implicación. De este modo podrías ir generando un modelo en el que los propios alumnos podrían tener responsabilidad en un futuro de ir pasando el conocimiento que recibieron, a cambio de algunos privilegios especiales. Con este modelo sí que veo viable las charlas interactivas, porque disminuyes el número de participantes por profesor/moderador.

    Sea como sea, lo interesante es hacer algo e ir mejorándolo. Posibilidades hay infinitas.

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